lunes, 21 de noviembre de 2011

Ruta por Portugal

Nuestro ruta por Portugal empieza en Oporto, donde llegamos en avión desde Barcelona con Ryanair, (en agosto 2011 el vuelo nos costó 150 € ida y vuelta).
En Oporto estuvimos un día y medio, ya que al final del viaje volvíamos de nuevo. Alquilamos un coche por Easycar (355€ un Ford Fiesta) y nos dirigimos hacia Aveiro, ciudad pequeña llena de canales, puentes y barcos pintados llamados "moliceiros", similares a las góndolas de Venecia. Es por eso que también se la denomina "Venecia portuguesa". La ciudad cuenta con una de las universidades más importantes de Portugal. Viejas casas entre callejuelas y canales inundados de olor a sal y mar. La Praça do Peixe de día ofrece la oportunidad de comprar pescado fresco y por la noche la plaza cobra vida con sus bares y restaurantes. Los azulejos son otros de los sellos de origen de la ciudad, y prácticamente se puede leer su historia a través de los mismos. Dormimos en BiniBang Guest-House, alojamiento correcto a las afueras del centro y un poco difícil de encontrar, mejor llamar para que os indiquen. Cenamos en el restaurante Bombordo, en la Praça do Peix, la comida normal, poco cantidad en comparación con el resto del viaje, el servicio mejorable.

De Aveiro nos dirigimos a Coimbra, pasando por Praia da Mira y Figueira da Foz, playas larguísimas y muy populares entre los portugueses. Lo mejor: la mariscada en el Restaurante Caçerola por 15€ por persona... INCREIBLE!! con percebes incluídos!!
Coimbra, ciudad de calles estrechas, patios, escaleras y arcos medievales, fue la cuna del nacimiento de seis reyes portugueses y de la primera dinastía, así como de la primera Universidad de Portugal y una de las más antiguas de Europa. Imprescindible visitar su universidad, situada en lo mas alto de la ciudad, y desde la que se obtienen unas excelentes panorámicas del río Mondego. Dentro de la universidad no perderse (aprox. 6 €):
La "biblioteca Joanina" con más de 250.000 libros antiguos en varios idiomas. Merece la pena detenerse a observar la decoración de la biblioteca, hecha con maderas tropicales, y también la decoración de sus techos. También dentro del recinto de la universidad antigua se encuentra el antiguo salón de actos, conocido como Sala dos Capelos con una preciosa decoración. Capilla de San Miguel la fachada presenta una portada en estilo manuelino. El acceso lateral se hace a través de una puerta neoclásica. En el interior podemos observar un imponente órgano barroco de 1733, decorado con talla y chinoiseries al estilo Juan V. Las paredes de la nave están revestidas de azulejos tipo alfombrado (siglo XVII) y también lo están las de la capilla mayor (siglo XVIII). El retablo principal (1605) es obra manierista. Cárcel medieval académica: teniendo la Universidad su propio fuero, era natural que la institución dispusiera de un espacio carcelario para los escolares condenados en el ámbito de ese derecho privado. Así, la cárcel se encontraba (desde 1782 hasta la extinción del fuero en 1832) en el piso inferior de la «Casa de la Librería», estando compuesta por pequeños habitáculos abovedados, sin luz directa, que quienes forzadamente tenían que estar allí recluidos consideraban insalubres.
Otra visita interesante es la catedral vieja o Sé Velha, con un importante claustro románico. Uno de los paseos más interesantes es subir hasta la universidad por la calle que va desde el arco de la Almedina hasta la Sé Velha. 
Dormimos en el Residencial Domus, básico pero barato y céntrico. Para cenar Fangas Mercearia Bar (Rua Fernandes Tomas, 45-49), un sitio minúsculo pero encantador, con una interesante carta de "petiscos" y vinos. Y para acabar el día que mejor que una sesión de fados en A Capella (Rua Corpo de Deus / Largo da Victoria) 10€ sin consumición.
De camino a Óbidos, pasamos por el Monasterio de Alcobaça, un conjunto arquitectónico impresionante, incluído por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. 
La villa de Alcobaça alberga la mayor iglesia-abadía de Portugal: Santa María de Alcobaça. Con casi 220 metros de longitud, su bóveda y las altísimas columnas crean una impresión de armonía y sencillez, los dos pilares en la vida de los monjes del Císter, sus creadores. Sus cánticos retumbaron entre las sólidas paredes de esta construcción, cubierta con las marcas de maestros canteros procedentes de la Borgoña medieval.
La inmensa nave de la iglesia es la mayor construida en la Edad Media en Portugal. Frente al crucero, se encuentran los más bellos sepulcros medievales hechos en Portugal. En el lado derecho, el de Inés de Castro, en el lado izquierdo, el de D. Pedro I. Fue el rey que ordenó que se colocaran así para que, llegado el día de la Resurrección de los Cuerpos, pudiera encontrarse frente a la mujer que tanto amó y que tan cruelmente fue asesinada. Intente leer en las delicadas esculturas que decoran el sepulcro de Pedro, escenas de la vida de esta trágica pasión.
Se pueden visitar las austeras dependencias donde los monjes vivieron cerca de 800 años: el Refectorio, el Dormitorio, la Sala del Capítulo, los Claustros y la monumental cocina donde preparaban los pescados del río... 
La siguiente parada fue el Monasterio de Batalha, aunque aquí ya no entramos también tiene que ser una visita interesante.
Llegamos a Óbidos al atardecer, justo la hora que la multitud de turistas se marchaba. Dormimos en un alojamiento rural, Casal da Eira Blanca donde estuvimos muy a gusto. Cuidado si vais en coche, pues no está permitido circular y os podéis meter en un lío ya que las calles son muy estrechas. :) Óbidos es uno de los pueblos más turísticos de Portugal, por lo que prácticamente durante todo el día te encuentras oleadas de turistas paseando por sus callejas. La mejor hora para visitarlo es: o a primera hora, o ya al atardecer. Históricamente la villa que el rey de Portugal entregaba a su reina como regalo de boda, es, sin duda, uno de los más clásicos pueblos amurallados de Portugal. Al pasear por el laberinto de sus estrechas calles adoquinadas, cada paso revela vestigios de diversas civilizaciones que os impresionará. Desde los rincones perdidos y los jardines amurallados de la antigua medina a los rasgos góticos, renacentistas y barrocos del pueblo, Óbidos se destaca como una extensa obra de arte que ha sido tallada, arruinada y restaurada a lo largo de los siglos.
La rua Direita se abre paso entre las callejas estrechas y empedradas con casas adornadas con flores de vivos colores y zócalos pintados. A ambos lados hay restaurantes de cocina tradicional y puestos de artesanía. A medio camino de la rua, aposentada en el corazón de la villa medieval, está la plaza de Santa María. Lo primero que sobresale en ella es una picota del siglo XV sobre una fuente. Narra la historia amarga de la Reina doña Leonor de Lencastre, esposa de João II. Su hijo, el infante Afonso, murió ahogado en las aguas del Tajo en 1491. El cuerpo sin vida del pequeño príncipe apareció una mañana entre las redes de un pescador. Asolada por el dolor, la Reina buscó amparo en la soledades de Obidos e hizo tallar en su escudo de armas una red que la atara de por vida a la desdicha del hijo muerto. Enfrente de la picota se alza la iglesia de Santa María. La fachada renacentista da paso a un interior en tres naves. Los azulejos trepan del suelo al techo, son del siglo XVII y hay quienes los atribuyen a Gabriel del Barco, que aún hoy no se sabe si fue español o italiano. En uno de los laterales, en la zona del presbiterio, toma asiento un sepulcro donde descansan los restos del alcaide don João de Noroña y su esposa.
Para cenar el Restaurante Alcaide (Rua Dereita, 60) si tenéis la suerte de que no esté cerrado por descanso semanal ;)
Ah! Y no dejéis de probar Ginja (licor de cereza) servido en una cazoleta de chocolate... mmmmm... rico, rico...
Desde Óbidos partimos dirección Lisboa, haciendo una parada en las playas de Nazaré.
Después de nuestra estancia en la capital portuguesa nos dirigimos hacia la Costa Alentejana, pasando dos noches en el encantador pueblo pesquero de Vila Nova de Milfontes.


Vila Nova de Milfontes, apodada como la "Princesa del Alentejo", es una villa portuguesa situada a unos 200 Km al sur de Lisboa. Es una de la ciudades más bonitas de este tramo de costa, con un atractivo centro con casas encaladas, proporciona a los visitantes playas de mar y de río.
Vilanova está en pleno Parque Natural del Sudeoeste Alentejano y forma parte de la denominada Costa Vicentina. Ha pasado de ser un pueblo de pescadores a un foco turístico del Alentejo, sin estar tan masificada como la costa del Algarve. Tiene playas enormes de fuerte oleaje (como toda la costa atlántica portuguesa ), aguas cristalinas y montones de dunas para perderse.

Las playas del pueblo son la playa de Farol y playa de Furnas. Conduciendo a través de la EN-393 se abandona el pueblo de Vila Nova de Milfontes con dirección a Algoceira; a tres quilómetros a la derecha nos sale al encuentro una carretera que lleva a las playas de Brejo Largo y Grande.
También cercana está la playa de Malhão, playa más salvaje y ventosa, ideal para deportes acuáticos o para estar más tranquilo. Esta es una de las más mejores playas del Alentejo.
En los estrechos callejones y diminutas plazas hay diversos locales para comer y beber, imprescindible tomarse una tapa de caracoles a la vuelta de la playa!
Dormimos en Casa dos Arcos, sencillo pero acogedor y muy céntrico.
Se puede aprovechar para visitar el pueblo vecino de Zambujeira do Mar, pequeño paraíso turístico del Alentejo. Destacan sus playas, como la de Nossa Senhora, Tonel, Arquinha o Alterinhos. Lugar ideal para los amantes del windsurf, por la calidad de sus vientos y de sus olas.
Siguiente, y penúltimo destino, Évora. Ciudad histórica en el corazón de Alentejo, lugar encantador y una de las ciudades mejor conservadas de Portugal. Nombrada Patrimonio Cultural de la Humanidad, desde 1986.
Tres murallas guardan las estrechas callejuelas de la portuguesa Évora. Ciudad de sabor romano y musulmán, los siglos no le han arrebatado cierto ambiente provinciano en cuya aureola se inscriben más de trescientos monumentos.
Los monumentos más destacados son el antiguo palacio del arzobispo, convertido actualmente en museo regional; la catedral, construida en 1186, originalmente de estilo románico, pero reconstruida con estilo gótico en el siglo XV, y una iglesia de comienzos del siglo XVI, que mezcla estilos árabe y gótico. La ciudad también tiene restos arquitectónicos de la época romana, como un templo del siglo I, y aunque no son los de Roma, están muy integrados en el entorno de la villa.
Dormimos en el Evora Inn Chiado Design, un antiguo edificio totalmente reformado, con una decoración artística y de diseño. Eso sí, prepararos para subir escaleras, pues no tiene ascensor.
De Évora nos dirigimos de nuevo a Oporto donde acaba en nuestra ruta por Portugal.

Agosto - 2011

jueves, 17 de noviembre de 2011

Lisboa

Lisboa es la capital de Portugal y su ciudad más importante. Su situación 

privilegiada en la desembocadura del río Tajo la convirtieron en una de las ciudades más influyentes en la dominación del Atlántico.


Lisboa está dividida en varios barrios. Para conocer la ciudad es necesario dedicar un poco de tiempo a cada uno de ellos.

Los barrios más importantes son La Baixa, El Chiado, El Barrio Alto, La Alfama y Belém. Cada uno de estos cinco barrios tiene un espíritu único.

¿Dónde dormir? 

Para dormir os recomiento:

Hotel Brown's Downtown - 50€

Rua dos Sapateiros, 73 Lisboa


Un hotel perfectamente situado, "super fashion" y tecnológicamente equipado con IMac, IHome, y TV LCD, además de cocina y secador potente en el baño.


¿Qué visitar?

La Baixa

Es el barrio más céntrico e importante de Lisboa. Fue reconstruido tras el terremoto del siglo XVIII por el Marqués de Pombal, con un estilo clásico y calles geométricas, en él abundan las fachadas cubiertas de azulejos tan típicas de Lisboa. Es el barrio más comercial y durante el día está muy animado.

En este barrio se encuentran las plazas y calles más emblemáticas. Comienza en la Plaza de los Restauradores que, a través de la Avenida de la Libertad, lleva a la Plaza del Marqués de Pombal, donde comienza la moderna Lisboa.


A medio camino entre transporte y atracción turística en la Baixa encontraréis el Elevador de Santa Justa, un ascensor con plataforma y vistas de la ciudad. Se puede pagar el trayecto de ascensor, que deben ser unos segundos, pero también se puede acceder a la plataforma andando (dando la vuelta por detrás) y pagando solo la entrada para entran al mirador (creo que 1,50€). Las vistas, si no hay nubes, lo merecen! Podremos ver las cuatro manzanas de casas que se incendiaron el 25 de agosto de 1998.


El Chiado y Barrio Alto

El Chiado es un barrio elegante y bohemio, fue totalmente reconstruido tras el incendio de 1998 y en él destacan las calles do Carmo, con las ruinas de la iglesia del mismo nombre, y la de Garret.

El Barrio Alto representa la Lisboa alternativa y es probablemente el mejor lugar de la ciudad para escuchar fados. Por sus calles abundan los graffitis y la ropa tendida. Para llegar al Barrio Alto podéis tomar la Rua Misericordia.

La Praça Luís de Camoes, uno de los escenarios de la Revolución de los Claveles, marca el límite de los barrios del Chiado y del Barrio Alto.

Lo mejor es pasear y perderse, se puede seguir los recorridos de las guías, pero lo más importante es callejar. Desde el Miradouro de Sao Pedro de Alcántara podemos disfrutar de espléndidas vistas de La Baixa, el Tajo y la colina del Castillo de San Jorge.


Un lugar común de encuentro es el café A Brasileira, en cuya terraza, instalado en una de sus mesas, una escultura de bronce representa a Fernando Pessoa.

A los pies del Castillo de San Jorge, entre éste y el mar, se encuentra este arrabal humilde antiguo de pescadores, esencia de Lisboa, barrio de olores y sentimientos, de tímida vida, cuna del fado: expresión de la melancolía del pueblo portugués.

Alfama

El barrio de La Alfama estaba ya habitado en época visigoda. Los romanos dejaron testimonio en las ruinas del Teatro Romano (siglo I a.C.) situadas en la rua da Saudade y en el interior de la catedral. La mayoría de las iglesias cristianas fueron destruidas en el terremoto.

Desde la parte alta de la Alfama, próxima al castillo, tendremos una magnifica panorámica de todo el barrio que baja hasta el Tajo y del propio puerto.

En la Alfama se encuentra el Museo del Fado.

Callejas estrechas con mucho encanto que suben hacia el castillo, donde encontrarás edificios bonitos y otros muy deteriorados, la Catedral, el Castillo...

Para llegar a lo alto del barrio podéis optar por dar un paseo desde el centro o coger el nostálgico tranvía 28, una bonita y cómoda opción que nos dejará en la parte alta del barrio.

Belém

Lejos del centro pero muy bien comunicado, río abajo donde el Tajo se funde con el mar, se encuentra el barrio de Belém.

En Belém hay dos joyas imprescindibles de Lisboa: el Monasterio de los Jerónimos y la Torre de Belém, reconocidos por la UNESCO. Otros puntos de interés son también el Monumento a los Descubridores, y el Puente 25 de Abril.

Y antes de regresar al centro no nos olvidemos de probar sus famosos pastelitos (pastéis de Belém) recién hechos dentro del gran local que es la antigua fábrica.



Tranvías: los antiguos son el gran robo de Lisboa!!! Son la turistada, hay alguno que para subir una calle cobran una pasta gansa y el trayecto no és ni un minuto. La mejor opción el coger el 28 que hace un recorrido bastante largo.


¿Dónde comer?

Para desayunar la mejor opción es una confitería: la Confiteria Nacional (Praça Figueria), la de Sao Nicolao, en la calle del mismo nombre...

Restaurant Uma - (Rua dos Sapateiros 177) El mejor arroz de marisco que he probado nunca, el sitio es normal y el señor de pocas palabras, pero es un ¡¡¡IMPRESCINDIBLE!!!

Solar dos Presuntos (Rua Portas de Santo Antao,150) No pude ir, en agosto está cerrado, pero está recomendado por una portuguesa (es más pijín).

Casa Transmontana (Calcada do Duque, 39 - Barrio Alto) El lugar es bastante cutre, pero el dueño habla castellano y tiene bastante palique... dicen que las mejores almejas de Lisboa.

Amo.te en el Barrio de Chiado (Praça Pedro IV): Un lugar de moda para tomar una copa.

Pois Café, Rua São João da Praça 93-95
(Alfama) una parada obligatoria en este bohemio lugar de camino al Castillo para tomar un café y un pastel de manzana.

Por supuesto se ha de probar el bacalao... lo hacen de mil maneras, a mí el que más me gustó fue el Bacalao a Bras (con huevo revuelto y patata paja)

En Portugal se come muy bien en cualquier sitio, además de barato. Id con cuidado con las raciones, normalmente son muy generosas. En la mayoría de restaurantes portugueses antes de pedir sirven unos aperitivos (Petiscos), si te los comes te los cobran, si no pues no... o sea los podéis dejar y en la cuenta veréis que no están incluidos.


Compras: si queréis comprar conservas, que por cierto son buenísimas, hay una tienda, Conserveira de Lisboa, chulísima en la Rua dos Bacalhoeiros 34 (al principio del Barrio de Alfama), aunque no compréis vale la pena visitarla, es muy curiosa... pero si vais y compráis, traedme dos latas de sardinas de limón... ricas, ricas!! Os las pago a la vuelta ;)


Fuera de Lisboa, pero muy cerca, también hay cosas recomendables, Sintra, Estoril y Cascais... si tenéis que escoger una sin duda Sintra!! Estoril y Cascais son pueblos turísticos de playa, pero bastante normales.

En Sintra, se neecesita tiempo... el pueblo és encantador y se acaba en seguida, pero hay un montón de placios y edificios para visitar... solo dio tiempo de visitar el Palau Nacional, y fue una visita muy interesante. Si vais tenéis que probar las Travesseiras de Casa Piriquita, es un dulce, el mejor que probé en Portugal y de lo mejor que he probado en dulces!! Imprescindible!!!

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Oporto


Oporto es la segunda ciudad más grande de Portugal por detrás de Lisboa.

Por su cercanía es un destino muy cómodo y atractivo, incluso para una escapada de fin de semana.

Esta ciudad, situada al norte de Portugal junto a la desembocadura del río Duero, es un lugar muy especial; tal vez sea ese aire de decadencia que la invade o a la vida que se respira en ella. Tal vez sean sus elegantes barrios y villas señoriales en contrapunto con las estrechas calles y viejos callejones que la UNESCO ha declarado Patrimonio de la Humanidad.
Oporto es una ciudad para recorrerla andando, disfrutando al máximo de sus estrechas callecitas cargadas de historia y nostalgia. Un paseo al anochecer junto a la ribera del río Duero, una cata de sus dulces vinos o perderse por sus callejas son algunas de las cosas que se pueden hacer en Oporto.


¿Dónde dormir?


Para dormir os recomiento este alojamiento local:

OportoHouse - 50 €
Rua Conde Vizela Nº 56, Porto
Con sus cuatro encantadoras habitaciones y su excelente ubicación (muy cerca de la Torre de los Clérigos) es un lugar ideal para pasar unos días en la ciudad.


¿Qué visitar?

Un buen punto de partida para conocer Oporto puede ser la Avenida de los Aliados. Situada en pleno centro de Oporto, esta calle está repleta de edificios modernistas entre los que se incluye el Ayuntamiento encumbrando la avenida con su gran construcción en mármol y granito.

Caminando por la avenida y dejando atrás el Ayuntamiento llegaréis hasta la Plaza de la Libertad, la plaza más importante de Oporto. En su centro veréis una estatua ecuestre del Rey Pedro IV.

Girando a mano izquierda llegaréis hasta la estación de trenes San Bento, uno de los grandes tesoros de la ciudad. Su hall decorado con más de 20.000 azulejos en los que se relata la historia de Portugal os dejará impresionados.

Cuando salgáis de la estación bajad por la rúa de Mousinho da Silveira y después seguid recto por la rúa da Alfándega hasta llegar a la orilla del Duero.

En la zona de Ribeira encontraréis decenas de restaurantes con terraza en los que degustar platos típicos portugueses mientras observáis el Duero, las bodegas y el Puente de Luis I.

La Iglesia de los Clérigos, después de visitar la iglesia tendréis que subir a la torre. Las vistas privilegiadas de la ciudad hacen olvidar los más de 200 escalones de subida.

Una vez de vuelta en tierra firme girad a la derecha en la rúa San Filipe de Nery y al final de ésta a la izquierda por la rúa das Carmelitas. A la altura del número 144 está la Librería Lello e Irmao, una librería de ensueño que ha servido de escenario para rodar algunas escenas en películas como Harry Potter.

Continuando por la rúa das Carmelitas llegaréis hasta la rúa do Carmo, donde podéis tomar el tranvía 22 que para enfrente de la Iglesia de Nuestra Señora do Carmo.

La última parada del tranvía es la Plaza de Batalha, vuestro siguiente destino. Allí se encuentra la Iglesia de San Ildefonso con su peculiar fachada decorada con cientos de azulejos azules y blancos.

Dejando la rúa 31 de Janeiro a mano izquierda llegaréis a la Rua Santa Catarina, una de las principales arterias comerciales de la ciudad. Avanzando por ella encontraréis a mano derecha el Café Majestic, un elegante café de los años 20 donde tomar algo y disfrutar de su ambiente histórico.

Volviendo a Santa Catarina y avanzando un poquito más podréis ver la fachada de la Capilla de las Almas, una pequeña iglesia decorada con azulejos blancos y azules que a estas alturas ya os resultarán familiares.

Bajando por la rúa de Fernándes Tomás veréis el Mercado do Bolhao, un lugar nostálgico donde montones de vendedores exponen sus frutas y verduras como si por ellos nunca hubiera pasado el tiempo.

Cuando salgáis del mercado tomad la rúa Formosa hasta la Avenida de los Aliados. Recorred la avenida, la Plaza de la Libertad y la rúa de Mousinho da Silveira hasta llegar a la rúa da Bolsa. En el edificio del Palacio de la Bolsa es imprescindible hacer una visita guiada para conocer su historia.

Doblando la esquina por la rúa da Bolsa está la Iglesia de San Francisco donde podéis ver su recargado interior y sus catacumbas.

Si aún tenéis tiempo y ganas, podéis aprovechar para visitar la Catedral. La mejor forma de subir hasta ella es coger el funicular al final de Cais da Ribeira.

Después de visitar la catedral y el claustro y haber tomado algunas fotos de la ciudad desde las alturas, el Funicular dos Guindais os llevará hasta la parte baja de la ciudad.

Cruzando el Puente de Luis I llegaréis hasta Vila Nova de Gaia, localidad vecina de Oporto donde están situadas las bodegas de vino de Oporto.

En la Avenida de Diogo Leite, paralela al río encontraréis puestecillos donde venden las excursiones en barco por el Duero (normalmente suelen regalar la entrada a algunas bodegas).

Después del paseo en barco es el momento idóneo para visitar algunas bodegas y degustar sus dulces vinos. Las bodegas más recomendables son Ferreira, Calem, Sandeman y, por su museo, Ramos Pinto.

¿Dónde comer?

En Portugal se come muy bien en cualquier sitio, además de barato. Id con cuidado con las raciones, normalmente son muy generosas. En la mayoría de restaurantes portugueses antes de pedir sirven unos aperitivos (Petiscos), si te los comes te los cobran, si no pues no... o sea los podéis dejar y en la cuenta veréis que no están incluidos.

Justo dos calles más arriba de Oporto House hay una antigua tienda que ahora es un restaurante, por la mañana ofrecen desayunos que sin mucho lujo estaba más que aceptable, por el módico precio de 1,50€!! Por la noche hacían cenas, el lugar es muy curioso, tiene su encanto... El sitio se llama Galerias Paris, la calle creo que se llama igual, Galeria de Paris o algo así...


Muy cerca del hotel también está Leitaria da Quinta do Paço (Praça Guilherme Gomes Fernandes, 49) dicen que de los mejores "eclairs" de Porto.


En Vilanova de Gaia nos tomamos una francesinha contundente que estaba buenísima en la Taberninha do Manel (al lado de la bodega Calem), además el camarero era muy simpático, salimos bastante perjudicadas con el vinito… jeje. Desde la terraza vistas de Porto impresionantes.

Un restaurante que nos recomendaron pero que al final no pudimos ir porque estaba cerrado es el Rest. Abadia (http://www.abadiadoporto.com) está muy cerca de la Rua de Santa Catarina (donde están todas las tiendas). Y el plato que recomiendan es el Bacalao Gomes de Sá.

El Café Majestic (Rua de Santa Catarina) para hacer una parada de café + dulce es ideal, el sitio te transporta a París, eso sí… en comparación con el resto no es barato.

Para cenar encontraréis muchos sitios en la Ribera, un buen sitio puede ser Vinhas d’Alho, que estaba genial, es un local pequeño con terracita a lo largo de la parde del muro junto al con unas vistas chulísimas,... no estaba a pie de río si no en la callecita que hay en alto paralela al río.

Visitas bodegas: visitamos las de Calem, porque nos fue muy práctico por horario y cercanía (son las primeras) pero nos habían recomendado mucho Ferrerias, parece ser que son las más antiguas.


Por cierto, en La Bolsa es donde encontramos los típicos souvenirs más baratos.

Hay una tienda típica y preciosa, A Pérola do Bolhao, muy cerca del mercado de Bolhao y cerca de la Rua Santa Catarina. Si encontrais en esa tienda o en alguna de alrededor “Sardinas en limón” de la marca Tricana, cómpradme un par... a la vuelta os las pago... están buenísimas!!!