Malta


Malta es una pequeña isla del Mediterráneo que además de destino para multitud de jóvenes que buscan aprender inglés y fiesta, esconde rincones interesantes y playas donde perderse.

Se llega en avión con Vueling desde Barcelona o con Ryanair desde Girona. En el aeropuerto de Malta podéis coger una taxi, el precio a Sliema es de 25€ fijo, pero también podéis coger el autobús o utilizar Malta Transfer, un opción muy interesante y recomendable, pues por 8€ te lleva al aeropuerto o a una amplia selección de hoteles, no siendo necesario estar alojado en el hotel.

En Malta, además del maltés, el inglés es idioma oficial, así que lo habla todo el mundo. La moneda es el euro. Por si queréis alquilar un coche que sepáis, que como los ingleses, conducen por la derecha.

Playa de Sliema
El principal transporte público es el autobús (Arriva) y mi amiga Anna tiene muy buena relación con ellos ;) Llegan prácticamente a todos los lugares y el billete diario vale 2,5€ y podéis hacer todos los trayectos que queráis en el mismo día.

Os aconsejo que llevéis siempre bañador y chanclas en la mochila/bolso, pues ya veréis que os podéis encontrar una playa en cualquier lugar para refrescaros. Si vais en agosto no os olvidéis de un gorro o gorra, pues el calor ¡aprieta!

He estado en Malta cinco días, pero me han faltado dos o tres más para poder visitar la isla de Gozo, una pequeña isla al norte de Malta, otra vez será.

St. Julian's (Sliema)
No os puedo aconsejar ningún sitio para dormir porque he estado en casa de mi querida amiga Anna que está viviendo allí, pero sí os puedo decir que la ciudad de Sliema tiene un sinfín de hoteles y que en St. Julian’s y Paceville (pronunciado “Pachevile”), se concentran  la mayoría de restaurantes, bares y discotecas.

Sliema no tiene mucho que visitar a parte de callejear y del paseo marítimo, que es larguísimo, pero tiene unas playas de roca habilitadas con escaleras y pasarelas para bañarse en un mar espectacular y unas vistas de La Valletta (la capital) muy interesantes.

Desde Sliema Ferry’s se puede ver Valleta, pero además hay dos sitios privilegiados que os recomiendo:

La Valletta desde el Hotel Palace
Desde la Terraza del Hotel Palace, se puede ver toda Sliema y Valletta, además de una bonita puesta de sol. No es necesario ser cliente para acceder a la terraza y una copa de vino blanco cuesta 3,50 €.

La Valletta desde
el Marks & Spencer
Otro sitio donde disfrutar de buenas vistas de Valletta es desde la Terraza del Marks & Spencer, justo enfrente de Sliema Ferry’s, además se puede desayunar por 1€ un trozo de pastel con un buenísimo capuccino.



Como tenía casa no he frecuentado muchos restaurantes, pero en Paceville (Sliema) hay un fantástico y económico Koreano-Japonés, The Sushi-Club.

Para tomar una copa os puedo recomendar el Surf Side, en el paseo marítimo  y The Exiles, (también en el paseo) que es un 3 en 1, pues tiene restaurante y dos zonas de copas, una más elegante, tipo chill-out y con unas vistas destacables de St. Julian’s y una zona más rollo chiringuito playero.

Las playas de arena de Malta no son nada del otro mundo comparadas con las nuestras, pero si queréis pasar el día en una grande, la mejor opción es Golden Bay o Riviera Bay esta última menos concurrida (están juntas). Se coge el autobús 225 en Sliema, creo que pasa cada hora.

Si, como yo, no tenéis mucho tiempo, una muy buena opción para visitar los puntos interesantes de Malta es coger el City Sighseeing Malta, un bus turístico que hace dos rutas: una Norte y una Sur. Yo hice la del Sur. 

Los autobuses salen de Sliema Ferry’s y el recorrido que dura todo el día cuesta 15€. No os olvidéis el bikini o bañador, que el recorrido tiene sorpresa ;)

El City Sighseeing Malta hace muchas paradas a lo largo del día, os podéis bajar, hacer la visita y esperar al siguiente bus. Estas tres son las que hice:

Vittoriosa
Las Tres ciudades (Vittoriosa, Senglea y Cospicua). El bus para en Vittoriosa, una pequeña ciudad encantadora, por la que parece no haber pasado el tiempo. Se puede callejear sin rumbo por sus callejas y pos su bonito puerto. Tiene unas fantásticas vistas a Valletta.

Marsaxlokk Fishing Village – Es un pueblo de pescadores en el que la única atracción es el paseo marítimo, los domingos hay un interesante mercado. Podéis aprovechar para comer algún plato marinero en cualquiera de los restaurantes del waterfront.

Blue Grotto
Blue Grotto, es uno de los principales lugares de interés natural de Malta. Son unos acantilados que  esconden cuevas comunicadas entre sí, a las que se acceden en barca. La mini excursión dura unos 25 minutos y cuesta 7€. 

En verano es preferible visitarla temprano, pues a primera hora los rayos alcanzan el fondo de las cuevas y el mar está muy sereno, pero yo lo vi por la tarde y también me impresionó bastante. Si no queréis realizar el paseo en barco hay un mirador con vistas espectaculares al arco. Como recompensa del duro día, es imprescindible un bañito en estas espectaculares aguas transparentes.

Las tres ciudades desde Valletta
Hasta aquí el recorrido en el bus turístico, si tenéis tiempo me han dicho que también vale la pena visitar el templo megalítico Hagar Quim, que es la última parada del recorrido.

Valletta
La capital Valletta tiene bastantes puntos de interés para visitar, lo que yo os recomiendo es que os calcéis cómodamente y que os perdáis por la ciudad. Se puede ir en autobús desde Sliema, pero yo cogí un taxi-water desde Sliema Ferry’s y llegué en menos de 5 minutos por 2 €. Callejeando pasaréis por St. John’s Cathedral, con pinturas de Caravaggio, Church of St. Paul’s, Grandmaster’s Palace, que hoy es el Parlamento maltés, la Biblioteca, el Albergue de Castilla y León, donde se hospedaban los caballeros de la orden de Castilla, León y Portugal y Barrakka gardens, con unas vistas preciosas de las Tres Ciudades y al Gran Harbour.

Me llamó la atención la Casa Rocca Piccola, así que entré a conocerla. La visita dura una hora y me costó 5€ pero por ser estudiante :). La Casa Rocca Piccola es el palacio aristocrático más notable de Valletta, es como una ventana a la vida cotidiana de antaño. Se pueden visitar doce habitaciones y el sótano, que estaba habilitado como refugio de la II Guerra Mundial. El Palacio en la actualidad está habitado por la familia De Piro.

Balcón maltés
Las estrechas calles de Valletta suben y bajan, provocando curiosas vistas. También podréis observar el típico colorido balcón maltés que es de origen árabe. Se dice, que como las mujeres no podían salir a la calle, diseñaron estos balcones dónde ellas podían divisar el exterior sin ser vistas.

Si queréis degustar de una buena comida maltesa en Valletta os recomiendo el Restaurante Palazzo Preca, por 15€ comimos estupendamente. Además de un bonito lugar, tienen una muy buena cocina, el fenek (estofado de conejo, típico maltés) estaba delicioso. 

Sant Peter’s Pool
Otro plato maltés es la lampuka, preparada en pastel, “tarta tal-lampuki”, que es la especialidad de pescado local. Conocido como pez delfín, según la tradición es cocinado al horno en una salsa de tomates, cebollas, aceitunas negras, alcaparrónes, espinacas, uva y nueces. Otra exquisitez también es el pulpo estofado al vino tinto, “stufatt tal-qarnit”.

Mdina
Una playa diferente, para mí IMPRESCINDIBLE, es Sant Peter’s Pool. Para llegar hasta allí hay que coger el autobús que va a Marsaxlokk y luego caminar unos 20 minutos, pero os aseguro que el esfuerzo vale la pena. Es una playa de roca, pero en la que se puede estirar la toalla perfectamente. ¡No os lo perdáis!.

Y por último, otro IMPRESCINDIBLE, Mdina, ciudad construida sobre un cerro con estrechos callejones que recuerdan su pasado medieval. Desde las murallas hay unas fantásticas vistas de Malta. Callejear, callejear y sobre todo degustar el pastel de chocolate del Restaurante Fontanella. Se llega en autobús desde Sliema o Valletta.

Por falta de tiempo me pude visitar Mosta y su cúpula, los templos, Dingli Cliffs y Gozo, pero todos son sitios más que recomendables.
Agosto - 2012

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